Voy a contar una historia. Una de esas historias de las cuales nunca se sabrá si son reales o ficticias. Cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia.
Eran las 3am, ella sentía que el cuarto le está dando vueltas, pero pensaba: no estoy en mi apartamento. Estoy en otro apartamento, reconocido, pero no el mío. ¿Cómo llegue a casa de él? No está muy claro. Lo que si sabía era que estaba sentada encima de él en medio un momento bien apasionado. Era una relación secreta que mantenía por mas de un año. No era la primera vez que juntos se revolcábamos encima de los trabajos corregidos que había en el piso de su apartamento. La tensión sexual, la química entre Sr.O y ella era inexplicable. Contrario a lo que él decía para mantener su orgullo, cada vez que se encontraban en un lugar solos se devoraban como si no hubiera mañana.
Su relación era extraña. Discutían, eran tremendos amigos pero la química sexual que había entre ellos era innegable. Pero no había nada de sentimientos envueltos, de ambas partes. La gente a su alrededor lo notaba la atracción, por mas que lo negaran. Ambos adultos, él mas que ella, se provocaban estando en público sabiendo que debían mantener el profesionalismo. Jugaban a juegos de niños pequeños de molestar al otro solo para llamar su atención. Ambos tenían compromisos sin embargo la atracción era tanta que el deseo de saciarla sobrepasó los límites de la situación.
Desde que se conocieron jugaban este juego de seducción. Ella sabía muy bien lo que estaba haciendo, quería pisar a ver donde estaban los límites de este hombre. Unas cuantas faldas cortas y camisas bastante reveladoras lograron provocar que este hombre incorruptible cediera ante la pasión que entre ellos se sentía. Este hombre que tenía sus ideales bien claros, que negaba la pasión entre ellos, estaba rendido ante sus pies. De su boca salían palabras que nunca le había dicho a una mujer.
Muchas fueron las visitas nocturnas al apartamento de él o al de ella. Así como esta vez. Ninguno recordaba como llegaba, solo que deseaba estar en su compañía. Aún cuando ambos estaban limitados de tiempo puesto que las responsabilidades llamaban, él le daba prioridad a ella. Esa linea que él había cruzado con ella, nunca lo había hecho. Nunca lo volvió a hacer con otra mujer. Esta mujer tenía algo que él no podía ignorar.
Ella era diferente. No le exigía nada, justo lo que a él le encantaba. Tenía una forma de ver el mundo radical, como él. No se dejaba llevar por las reglas de la sociedad. Se dejaba llevar por los impulsos. Impulsos que lo sacaban de su estado normal. Esta mujer tenía el poder de provocar de forma sexual a este hombre, que no podía ser domado, sin hacer nada. Él era débil ante ella. Ella sabía cosas de él que ni los amigos mas allegados sabían, porque él confiaba en ella.
Allí, ella trepada en el mostrador de la cocina mientras él aflojaba su sostén era que ella recordaba todos los momentos que estaban en público y todas esas ganas que tenían de devorarse, pero que no podían hacer nada al respecto y eso aumentaba la respiración de ella hasta dejarla sin aliento. Él memorizaba en su mente todas las lineas de su figura mientras apasionadamente le llenaba el cuerpo de besos. Y así pasaba la noche, cambiando de superficie en superficie.
Pero espera! Ella juraba que hace una hora estaba besando los labios de otro hombre en una barra cercana....
-Dulcinea <3

Bonita historia que te deja pensando en cual de los tres tiempos distintos se encontraba la pareja "prohibida". Definitivamente sensual...Sin importar si es realidad o ficción.
ReplyDeleteEso la hace mas interesante.
Sam