Ella.... ella tiene algo, algo que atrae sexualmente las personas equivocadas, pero es algo que no puede controlar. Quiere hacer lo correcto y evitar los deseos de dejarse llevar por la atracción, pero es débil. Esta vez era con alguien legalmente prohibido. Mientras ella estuvo en una relación conoció a este niño en una barra y al él ser de su misma nacionalidad hicieron amistad rápido. Ella sabía las intenciones de él pero se le quería poner difícil.
Luego partió hacía su país por dos semanas donde... se revolcó con dos hombres. Sólo ella tenía la habilidad de tener sexo por satisfacer una necesidad física, sin sentir absolutamente nada. Eso fue lo que hizo. Pero luego regresó y él la siguió buscando. Él la buscaba por su experiencia y madurez, porque ella llevaba mas de 4 años. Pero en su naturaleza de devoradora sexual, también era orgullosa y le constaba que este niño era un mujeriego, y no quería ser una mas en su lista. Pero no lo sería. El placer que ella le brindaría hará que la recuerde toda la vida.
Uno de esos días... él la invitó a una fiesta y ella aunque no quería asistir, con tanta insistencia, accedió. Pero sabía lo que la noche iba a traer, por mas que quisiera frenar la situación. La noche comenzó con alcohol... seguido por mucha música sensual. Ella reacia, no quería bailar pero bajaron las las luces y se soltó. Empezaron a bailar, el suavemente pasando sus manos por sus caderas y espalda.
Paseando sus manos por su cara, presionando su cuerpo contra el de ella al ritmo de la música, ella finalmente se rindió. Lo besó. Ese beso tumbó todas las barreras que esta mujer había construido para no dejarse llevar. Sus labios se juntaron y formaron una historia llena de pasión y lujuria que no se podía controlar. Pero ella seguía pensando que no debería dejarse llevar, por la edad mas que todo.
Pero el deseo pudo mas que la razón. Se lo llevo a su cueva sexual donde pasarían toda la mañana entregados a satisfacer sus mas íntimos deseos sexuales. Llegaron y no pasaron ni diez minutos y ya estaban medios desvestidos. Él pasando sus manos frías por el cuerpo de esa mujer la hacía temblar como a ella le gustaba. Su vecino debió escuchar cada gemido porque por mas que intentó de no gemir duro, no podía el placer era demasiado. Él le hablaba en francés y ella se llenaba de más y más deseo, esta mujer era insaciable. Finalmente después de horas de pasión les venció el cansancio y cayeron rendidos al sueño. Pero 5 horas después ambos se levantaron y mientras ella se bañaba él entro al baño y la empujó contra la pared de la ducha y le empezó a besar el cuello. Su debilidad, él sabía eso. Pasaron allí al menos una hora devorándose como si no hubiese mañana. Hasta que llegó la hora de él irse y con un beso se despidió y le dio las gracias por una noche mágica que nunca olvidaría.
Si se repetiría o no, estaba en manos del destino.
-Dulcinea <3

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